Frenos
Un juego de frenos fiable siempre viene bien cuando intentas ganar una carrera sobre una moto que puede alcanzar velocidades de hasta 345 km/h.
Mientras que los neumáticos se cambian de sesión a sesión, los frenos sólo se pueden sustituir si se estropean o se mojan, son elementos más permanentes de la montura de un piloto. Son, además, de suma importancia a la hora de virar y obtener la velocidad y ángulo óptimos.
La frenada, en igual medida que en la aceleración, dictan cómo se ganan y pierden las carreras, ya que la habilidad del piloto más la fiabilidad de sus frenos le permiten marcar la trazada más rápida y superar a sus adversarios.
VELOCIDAD EN CURVA
Ahora más que nunca, en la nueva era de las 800cc, las velocidades de curva son vitales para triunfar en MotoGP. Si un piloto puede frenar más tarde y a una velocidad más elevada que sus rivales, podrá superar a quien le preceda y rodar más rápido que el resto de la parrilla.
Los frenos delanteros son los que más trabajan a la hora de disminuir la velocidad, pues los pilotos controlan los virajes principalmente a través de la rueda de delante, donde se transfiere hasta el 90% del peso de la moto en cuanto frena. Consecuentemente, no es extraño ver cómo se levanta la rueda trasera del suelo (invertido). El tren trasero tienen una menor función para actuar sobre la dirección de la moto cuando se acciona el freno delantero.
CARBONO O ACERO
Los equipos de MotoGP emplean frenos de disco en las motos de carreras, una tecnología que surgió en los años 70 y han estado en constante desarrollo desde entonces. Las primeras versiones de los discos eran de acero, y no funcionaban demasiado bien en condiciones de lluvia. Posteriormente evolucionaron para proporcionar una frenada progresiva tanto en mojado como en seco.
En la actualidad se da el caso totalmente opuesto. Las escuderías de MotoGP sólo emplean frenos de acero en mojado, ya que ahora tienen una solución más moderna y eficaz que sólo se puede usar en trazados secos: los frenos de carbono.
La ventaja de los discos de carbono es que pesan de 750g a 800g en contraposición a los 1.200g a 1.600g que pesan los de acero del mismo diámetro. Estas cifras pueden parecer insignificantes, sin embargo, cuando hablamos de la tecnología punta, los medios kilos no tardan en acumularse.
Los frenos de disco consisten en una plataforma circular que se monta en la rueda y las pinzas montadas sobre horquilla y llevan las pastillas. Las pastillas hacen contacto con los discos y deceleran la rotación de la rueda cuando el piloto acciona los frenos. El corredor opera los frenos mediante una palanca estándar montada en el manillar, pero también se pueden usar frenos traseros activados con el pie o con el pulgar izquierdo.
AHORRO DE PESO
Con los frenos de carbono, los discos, pastillas y pinzas son más ligeros, y los sistemas de freno de disco doble, con un disco en cada lado de la rueda, también son habituales. De manera global, este tipo de sistema de frenado puede ahorrar unos dos kilos de peso.
Tener peso implica tener menos inercia, lo que reducirá el efecto giroscópico que puede contrarrestar el esfuerzo del piloto a la hora de cambiar de dirección. Esto significa esencialmente que los discos de carbono facilitan el cambio de dirección, ya que el tren frontal, específicamente la rueda delantera, es mucho más ligera cuando está equipada con frenos de este material.
Los discos de carbono también son ligeramente superiores en cuanto a la frenada y consistencia en comparación con los sistemas de acero. Una vez alcanzan la temperatura óptima de frenado, el piloto debe notar lo mismo en la vuelta 25 que en la vuelta 2, pero con discos de acero, el feeling varía en el transcurso de la carrera.
Aunque los discos de carbono más ligeros sean preferibles ante la alternativa de acero cuando alcanzan su rendimiento óptimo, los de carbono son mucho más sensibles ante la temperatura. Su funcionalidad es casi nula hasta que las pastillas de freno se calientan a los grados adecuados, y a pesar de que aumentan de temperatura con rapidez, los pilotos deben ser cauteloso durante las vueltas de calentamiento y de reconocimiento, incluso durante las primeras curvas de la carrera.
METEOROLOGÍA
Si el tiempo es seco y frío, o si las motos ruedan en circuitos más rápidos, donde los frenos se aplican poco, los discos se pueden enfriar mediante la aireación, así que se puede aplicar fundas para mantener el nivel de calor.
Pero en cuanto el agua entra en juego, es una historia diferente, ya que los discos de carbono no alcanzarán su temperatura óptima y dejarán de funcionar correctamente en condiciones de lluvia.
En casos así , la solución pasa por recurrir a los frenos de acero, que también requieren pinzas y pastillas diferentes - sumando más peso al conjunto. Es crucial poder efectuar las modificaciones necesarias en la moto a contrarreloj, así que las piezas deben ser de montaje y desmontaje fácil.
Los frenos de carbono no son baratos, principalmente porque se tarda de tres a seis meses en fabricarlos: se tienen que “cocer” y moldear lentamente. Si sumamos este factor a la limitación de uso en lluvia, es lógico que apenes se usen en motos para el público en carretera.
FRICCIÓN
El único modo de conseguir la máxima eficacia de frenado y viraje es combinar el trabajo de los discos con la fricción. Cuando se aplican los frenos, el neumático es presionado hacia el suelo, incrementando el área de contacto contra el asfalto y aumentando así la cantidad de fricción - o fuerza de parada - que se aplica. Si el piloto puede hacer esto una vez entrado en la curva, lo más cerca posible del vértice de la curva, empleará menos tiempo para desacelerar y alcanzará el punto en el que podrá acelerar al salir de la curva con más rapidez que sus rivales.
FABRICANTES
Los frenos que se emplean en MotoGP provienen de dos empresas: Brembo y Nissin, y cada juego de frenos cuesta varios miles de Euros. Afortunadamente, los equipos de MotoGP sólo necesitan de seis a ocho discos de carbono por temporada.
información proporcionada por http://www.motogp.com/es